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Linfocitos. 3 tipos diferentes para funciones complementarias.

linfocitos

Un linfocito es uno de los diferentes tipos de leucocitos (células blancas) existentes, una de las células blancas en la sangre y desempeña varias funciones supremamente importantes en el sistema inmunitario. Sigue leyendo y encuentra como desarrollan su trabajo.

¿Qué funciones tiene un linfocito?

Una de sus principales funciones es la de proteger el organismo de agentes agresivos externos como virus, bacterias, hongos y parásitos.

Normalmente constituyen entre un 20 y un 40% de los leucocitos de la sangre. Pero además de fijarse en su porcentaje, es muy importante observar cuál es su valor absoluto, es decir, convertir ese porcentaje en un número para decidir si el número completo es correcto o no.

¿Cuáles son sus valores normales?

Existen unos rangos recomendados para el número absoluto de estas células a partir de los que pueden empezar a sospecharse algunas patologías. Aunque tener un número normal tampoco descarta la presencia de ninguna enfermedad.

A continuación tienes un listado de los valores de referencias más utilizados.

  • Hombres de 1.000 a 4.000/mililitro.
  • Mujeres de 1.000 a 4.000/mililitro.
  • Niños de 1.600 a 6.000 mililitros.

Tipos de linfocitos.

Los linfocitos se subdividen en otros tres tipos bien diferenciados que tienen unas funciones muy diferentes y complementarias con el resto de las funciones inmunitarias.+

Estos tres tipos de linfocitos son iguales e indistinguibles morfológicamente, pero pueden ser reconocidos desde el punto de vista inmunohistoquímico.

  • Linfocitos B (células B).
  • Linfocitos T (células T).
  • Células NK (“Natural Killer”. Linfocitos citolíticos naturales).

Los linfocitos tipo T corresponden al 80% de los linfocitos circulantes, los linfocitos tipo B representan aproximadamente el 15% y el porcentaje restante representa las células NK.

Linfocitos tipo B.

Estos linfocitos son importantes ya que un número bajo de ellos puede llevar a una disminución de las células plasmáticas, encargadas de producir anticuerpos. Una disminución de anticuerpos puede reflejarse en un aumento de las infecciones producidas por cualquier microorganismo.

Linfocitos tipo T.

Niveles bajos de estos linfocitos generan problemas en el control de ciertas infecciones, en especial las que son de tipo viral, parasitario y fúngico.

Es tan importante su función, que este tipo de infecciones puede llegar a ser mortales si su control se hace imposibles por una inmunodeficiencia que disminuya de forma notable el número de estas células.

Los linfocitos T no ejercen su función dentro del torrente sanguíneo, sino en el tejido conectivo, donde son los responsables del sistema inmunitario local.

Linfocitos altos.

Se denomina linfocitosis al aumento del número absoluto de estos leucocitos y este incremento puede ser indicativo de diferentes patologías que pueden ser o no de origen infeccioso y no siempre es un motivo de preocupación.

La linfocitosis puede tener pocos síntomas y en algunas ocasiones ninguno. Aunque en realidad lo que genera los síntomas es la enfermedad subyacente que lleva al aumento de estas células.

Un aumento transitorio suele ocurrir después de una enfermedad pasajera, mientras se estabilizan los niveles. Por esta razón una linfocitosis en sí no es dañina, en la mayoría de los casos es más bien el reflejo de una enfermedad a la que el organismo está reaccionando.

En otras ocasiones su aumento sostenido en el tiempo puede indicar alguna enfermedad de mayor consideración, como una leucemia (“cáncer en la sangre”) o una infección crónica.

Si en un recuento de linfocitos los niveles son altos pueden ser evidencia de una de las siguientes enfermedades (aunque no solo estas y no siempre).

  • Infección (de cualquier tipo).
  • Cáncer en el sistema linfático.
  • Trastorno autoinmunitario.
  • Leucemia linfocítica aguda o crónica.
  • Hepatitis A, B y C.
  • VIH (virus de inmunodeficiencia humana).
  • Hipotiroidismo.
  • Sífilis.
  • Tuberculosis.
  • Tos ferina.

Estas son algunas enfermedades importantes que pueden afectar el recuento de linfocitos, pero no son las únicas, hay muchas más afecciones que pueden modificar estos valores.

Linfocitos bajos.

La linfopenia consiste en un número anormalmente disminuido de los linfocitos. esta disminución se puede apreciar cuando el porcentaje de linfocitos en la sangre es inferior al 20% del total de glóbulos blancos. En algunos casos puede haber síntomas asociados pero en otros no.

La linfocitopenia puede presentarse aguda o crónica.

La forma aguda se presenta de forma temporal, generalmente con una duración de algunos días y se da durante el curso de algunas enfermedades infecciosas.

Las principales causas de linfocitopenia aguda:

  • Infecciones virales.
  • Estrés físico.
  • Quimioterapia.
  •  Uso de corticosteroides.

La crónica ocurre de forma prolongada debido a trastornos de larga duración.

Algunas causas importantes de linfocitopenia crónica incluyen:

  • Desnutrición.
  • Infecciones crónicas (VIH, tuberculosis).
  • Leucemias y linfomas.
  • Trastornos autoinmunitarios.

El tratamiento puede ser variable y depende principalmente del origen.